In
occasione della festa del Centenario per la
fondazione del Levante, la
Roma di mister Ranieri è volata in Spagna per
disputare un match
amichevole. La partita termina a reti bianche: buona
Roma nel primo tempo
con scambi interessanti e occasioni per Totti e
Adriano.
Nella
ripresa i giallorossi calano alla distanza, ma
Okaka e Riise hanno due
buone opportunità per portare a casa la vittoria.
Ci vogliono 8
rigori a testa per decidere il risultato: Julio
Sergio ne para tre, Juan
sigla il rigore decisivo. Finisce 5-4 per la Roma
MARCA
La
Roma se adjudicó el Trofeo del Centenario del
Levante tras imponerse
en la tanda de penaltis por 5-4, en un encuentro en
el que el conjunto
valenciano fue superior en el global del choque y
ofreció buenas
sensaciones.
El
Levante saltó con muchas ganas de agradar a su
afición y
durante el primer cuarto de hora dominó con
claridad el encuentro.
La posesión era para el conjunto valenciano que
tuvo en Rubén
Suárez a su elemento más desequilibrante en
ataque, aunque
los locales no supieron concretar en gol este
dominio.
La
Roma despertó de su sopor. La conexión entre De
Rossi y Totti,
bien secundados por el trabajo en la recuperación
de Perrota, permitió
al equipo italiano hacerse con las riendas del
partido y obligó
al Levante a replegarse a su campo.
Adriano,
lento y sin puntería
El
ariete brasileño Adriano, pese a que evidenció que
le falta
la rapidez y potencia de antaño, fue el
protagonista de las mejores
ocasiones de la Roma, pero el meta local Reina
permitió con sus
intervenciones llegar al descanso con el empate
inicial.
El
partido se reinició con un Levante revolucionado
que encerró
a la Roma en su área y Rubén fue de nuevo el eje
ofensivo
de los valencianos. El jugador asturiano a punto
estuvo de marcar en el
primer minuto, pero su remate lo sacó Riise sobre
la línea
de gol, y poco después realizó una gran asistencia
a Xisco
cuyo remate lo salvó el meta romano.
El
equipo italiano se vio desbordado sobre el terreno
de juego. Las ausencia
de Totti y De Rossi, sustituidos en el descanso,
motivó que el subcampeón
italiano se mostrara huérfano de ideas en la
medular y limitara
sus ataque a balones largos en busca de Adriano o
Vucinic.
La
marcha de Rubén motivó que el Levante perdiera
también
la claridad ofensiva y aunque siguió siendo el
equipo que más
buscó el gol, se llegó al final del partido con el
empate
sin goles, por lo que el trofeo se decidió en la
tanda de penaltis,
donde los italianos estuvieron más acertados.
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